Camelias
Ellas florecen cada invierno,
desfilando bajo grandes fríos.
Estrellas de una galaxia verde,
a sus despertares nacen violines,
el rocío de damas luce alegre,
de mis ojos son dulces serafines.
Afrodita las coge y modela
por las pasarelas del Olimpo,
de la Pachamama son rojas velas,
cuando llegan penas las hago libros.
Ellas no florecen en mi verano,
han decidido tomar vacaciones.
No todo adiós inicuo se torna,
ni todo nublado día es penoso,
mátices cósmicos de mil trombas
llevan el sueño a cansados ojos.
Agora vuestro sueños velaré
ya que vosotros hechizáis almas;
duerme y viaja, estío de miel,
mi Proserpina cada tarde os canta.
Ella no florecen en el otoño,
preparan su ascenso a la gloria.
Vosotros lucháis por otro despertar,
morais en un capullo de dulce luz
que pocos poseen en la actualidad
de fábrica y un mar que no es azul.
Soñáis con vuestros días de cortesana
en Avalon y sus grandes castillos,
en el corcel de la reina Ana...
Para los necios es juego de niños.
Ellas han vuelto a florecer,
el Rey Invierno las coronará.
Adornáis el escudo de Alatriste,
la Pincoya os lleva en el pelo
paa luego en rayos convertirse
volando desde Cuzco hasta Tebas.
Los nichos de nobles y no tan nobles
vestireis con mil mágicas caricias,
obras de arte en parajes pobres,
remolinos de una y mil albricias.
Camelia de mi triste invierno,
el espejo dice que sois la más bella,
floreceis en mi cielo e infierno,
regalando explosiones de estrellas.